Cirugía Robótica
Como primer tema para este año escogí Cirugía Robótica Ginecológica porque una y otra vez esta modalidad sigue probando los beneficios funcionales y emocionales que genera en la vida de las personas, médicos y pacientes.
Tengo 15 años ejerciendo como cirujano. Desde mis inicios en el 2006 sentí curiosidad para técnicas mínimamente invasivas porque me parecía fantástico poder ayudar a mis pacientes sin causar mayor trauma; poco a poco fue adquiriendo conocimientos y con la práctica fui ganando destreza. Invertí tiempo y recursos en entrenarme en laparoscopia y todavía, hoy por hoy, continuo observando y aprendiendo de colegas estilos y habilidades. Disfruto sobre todo ver cirugías en donde se presentan complicaciones porque uno nunca sabe cuando puede suceder algo inesperado; exponerme a esa información me da confianza en mis propias habilidades para tomar decisiones en momentos críticos. La curva de aprendizaje de la técnica laparoscopica es larga y sudada…cuando estás acostumbrado a utilizar la mano para operar, hacerlo a través de un tubo de 5 mm puede ser todo un reto (si consideras lo que está en riesgo aún más).
Recuerdo que cuando escuché de la Cirugía Robótica por primera vez en el año 2006 en Estrasburgo, Francia, me emocioné. Automáticamente lo relacioné con el PlayStation. Utilizar un control para mover los brazos del robot, ver en 3D el campo quirúrgico…todo me sugirió que sería una experiencia similar a lo que vivía de adolescente, en aquellos años donde nada era de vida o muerte. Tan pronto pude comencé a asistir a cursos donde me permitieron practicar primero con puerquitos y luego con cadáveres. Unos años después, mi profesor de la maestría, el Dr. Magriña, me invitó a realizar una rotación de observación en el Servicio de Ginecología en Clínica Mayo en Arizona, EEUU, por un par de meses. Para mi esa experiencia fue el equivalente a lo que serie para un fan del cine ir a un estudios cinematográfico y observar detrás de cámara mientras Robert De Niro, Javier Bardem y Cecilia Roth protagonizan la película del año. Allí estaban, en el quirófano frente a mi, los autores y editores del libro de Cirugía Robótica Ginecológica, realizando dos o tres de esas por día y mientras yo tomaba nota de la economía de movimientos y la elegancia con la que estos personajes abordaban cada caso.
Beneficios de la Cirugía Robótica Ginecológica para pacientes
En el 2018 me certifiqué en Panamá, después de completar los casos requeridos. En ese momento me hice más consciente de lo beneficios para las pacientes. Ver a mis pacientes irse al día siguiente o el mismo día sin dolor para su casa, con tan solo tres agujeritos milimétricos en el abdomen me generó una satisfacción fuera de este mundo. Escuchar que en pocos días habían retomado en gran parte sus actividades cotidianas fue increíble. Ver a mis pacientes que sufren de obesidad, recuperarse sin complicaciones post-operatorias fue un milagro. Entre más practico la Cirugía Robótica más comprendo el impacto positivo que tiene en la vida de las personas. Muchas de mis pacientes son madres, esposas, profesionales, hijas, hermanas, amigas…, llevan vidas complejas y una largas estancia en cama simplemente no es una opción para ellas, entonces dilatan sus procedimientos quirúrgicos poniendo en riesgo su salud para no trastocar el delicado equilibrio con el que funcionan todos los papeles que desempeñan. La Cirugía Robótica les permite retomar su vida en pocos días.
No en todo los casos aconsejo esta modalidad, depende de varios factores y se evalúa caso por caso, después de un examen médico y con la ayuda de pruebas diagnósticas de imagen como ultrasonido, CAT, resonancia y/o PET, según lo demande la situación. Aplica tanto a cuadros benignos, como fibromas y endometriosis, como malignos.
Julio Godoy Byerly
Ginecólogo Oncólogo
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